Las aproximadas 9 horas de metraje de la saga El padrino dejan un sin fin de escenas memorables que han sido parodiadas por series como Los Simpson. Todo el mundo recuerda el momento en el que se descubre la cabeza del caballo entre las sábanas, o la conversación de Vito Corleone el día de la boda de su hija. Decenas de escenas y frases inolvidables como "le haré una oferta que no podrá rechazar" han servido de inspiración en el cine de las siguientes generaciones.
Y no es para menos, el impoluto guion de Puzo y Coppola, combinado con la interpretación de actores del calibre de Al Pacino, o Marlon Brando hacen de este drama de mafiosos italianos un manjar para el público.
Sin embargo, si tuviera que quedarme con una sola escena que simbolice toda la saga, elegiría un par de minutos de la segunda entrega. Nada de disparos ni gente gritando, tan solo un diálogo entre dos personajes secundarios: Tom Hagen (Robert Duvall) Frank Pentangeli (Michael V. Gazzo)
Un par de días después, Tom va a visitarle a la prisión donde le custodian, es entonces donde comienza la escena:
A través de rejas, la cámara capta a estos dos personajes manteniendo una conversación amigable, como dos viejos amigos que se deben mucho el uno al otro. Tras unas frases de introducción, Pentangeli le pregunta lo que los dos han venido a discutir -Tom, ¿y ahora que hago yo?- Rápidamente le recuerda con tono nostálgico los años de oro de la familia, y cómo muchos de los rasgos que habían hecho grande a la familia los habían adaptado de las legiones romanas.
El tono de la voz no se eleva y la única acción son ellos paseando como si de una danza se tratase, mientras que el tema principal de la película reaparece tibiamente.
Tom corta el momento nostálgico preguntándole si recuerda que pasaba si fallaba un complot contra el emperador. Pentangeli, que lo recuerda perfectamente, le explica que la única manera de que la familia del traidor mantuviera sus bienes, era que el cabecilla acabara muerto en la bañera con las venas abiertas.
-No te preocupes por nada- le interrumpe Tom.
-Ciao- (hasta luego en italiano) responde Pentangeli
-Adio- (adiós definitivo en italiano) sentencia Tom
El mensaje ha quedado claro.
-Juan Salinas Verano
Análisis en video de la escena
*Fotograma extraído de "El padrino II" -Fuente
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